Hace 3 meses que tengo una y creo que las pulseras cuantificadoras han acabado por ponerse de moda. Artículos que al principio parecían destinados exclusivamente a deportistas (profesionales y amateur) han acabado por introducirse en un mercado mucho más amplio a base de vendernos salud, pero… ¿Es real lo que venden?
Partamos de la base de que la ‘cuantificación’ es una necesidad creada (muy bien creada, eso sí). Nunca nos habíamos preocupado, de forma tan estricta, de medir pasos, calidad del sueño, calorías gastadas o kilómetros recorridos. Sí en la práctica deportiva, pero no al dar un paseo o en el día a día.
La cuantificación es una necesidad creada que ha acabado por implantarse en un mercado amplio y heterogéneo»
¿Qué aportan las pulseras cuantificadoras?
Empecemos por el principio. ¿Qué nos dan en el día a día? Y sobre todo, ¿por qué comprar una? En mi caso, quería saber qué me aportaba el deporte que estaba haciendo. Desconfío (no sé si acertadamente) de las mediciones calóricas que hacen elípticas, bicicletas estáticas y demás. Así que opté por una FitBit Charge HR, que incluye pulsómetro y mide pasos, calorías consumidas, kilómetros recorridos y plantas subidas. Eso y reloj, que no tenía 😉
Además, sincronizada con la aplicación (iOS – Android – Windows Phone) y con otras como My Fitness Pal, permite controlar las calorías ingeridas, la calidad del sueño e incluso cuenta con alarmas silenciosas por vibración.
Y he de reconocer que engancha. Puedes plantear a través de la aplicación los objetivos que deseas alcanzar (pasos, distancias recorridas, pérdida de peso…) e ir comprobando tu evolución constantemente.
Como extra, un detalle: la pantalla de la pulsera sirve como identificador de llamada entrante (¡y vibra!).
Redes sociales: la cuantificación como motivación
Pero el factor más interesante (en relación a la temática de este blog) es la creación de redes sociales dedicadas exclusivamente a aumentar la actividad física. No es solo compartir en las redes habituales el trabajo realizado y la marca conseguida. Fitbit permite conectar con los contactos de la agenda que tienen alguno de sus sistemas y plantear retos a amigos y conocidos.
Lo cierto es que, pese a que apenas unos pocos contactos de mi agenda la tienen, la actividad con ellos es frecuente. Mensajes de burla o de ánimo, monitorización (con el nivel de privacidad que quieras establecer) de la actividad de tus amigos… Nada más divertido que cruzarte con un compañero en la oficina y lanzarle un ‘dardito’ recordándole que estás viendo que se mueve menos de lo normal.
Otra de las formas de motivación son las insignias, que se obtienen en función de los hitos que se van superando. El sistema detecta cuando superamos determinada cantidad de pasos, kilómetros recorridos, plantas subidas… Es entonces cuando recibimos una notificación en el smartphone y un correo con una divertida creatividad que nos felicita por la marca superada. El efecto que consigue es el de premiar el esfuerzo, motivar al usuario y además provocar querer descubrir más insignias. En mi caso, por ejemplo, me he quedado varias veces a punto de alcanzar los 30 mil pasos en un día y estoy deseando saber con qué me sorprenderán.
Como no podía ser menos, cada una de estas creatividades puede ser compartida en redes sociales por el usuario para gritarle al mundo que ha conseguido desbloquear un nuevo logro. Otra cosa es que el mundo tenga necesidad de saberlo…
Para concluir: mi condición física ha mejorado. ¿Gracias a la pulsera? No. Pero sí gracias a los datos que me da y a la motivación que me genera.
Y tú, ¿tienes una pulsera cuantificadora? ¿Estás pensando en hacerte con una? ¡Cuéntamelo en los comentarios!
PS: Este post no está patrocinado por Fitbit.
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